Sin señal en la torre

Desde el pasillo, García observó que la oficina de Mirna D. estaba vacía. Se detuvo en el buzón, dudó un momento y deslizó la caja de cristal en la ranura empotrada en la puerta. Deslizó también una nota que había escrito como precaución aclarando el contenido: "Prueba exitosa. 97%". Los cristales siguieron formándose en el laboratorio a una temperatura controlada de 41° centígrados. Nubes bajas ocultaban el sol de medio día.

Sin retornos a la vista

El sol ocultándose comienza el crepúsculo temprano del final del otoño. Los faroles en el camino apuntalan el cielo dorado y naranja. ¿Cómo puedo continuar por este camino si ya no queda combustible? ¿Qué significa no poder regresar? ¿Dónde podría existir alguna cura? Estoy cada momento más lejos de tí, Dalilah.

Atractor indetectable

 "En su última conferencia se detuvo de pronto sin dar conclusiones. Observó a la audiencia en medio de un silencio total y salió sin despedirse ni mirar atrás. Siempre hizo lo que quiso y era propenso a los gestos dramáticos. Una intensidad atrayente que era imposible contener en cualquier institución. Cuando dejas que ésa intensidad controle todos tus actos sólo hay una forma de terminar. Acabas en los brazos de la muerte, satisfaciendo el deseo que va a evitar que sigas deseando. La intensidad que extingue todos los futuros posibles."

Distancias dimensionales

En el cielo hay nubes bajas oscuras dispersas. El sol dorado de la tarde se filtra por momentos entre ellas. García tomó su camino de regreso del Monumento Terminal al terminar un pequeño chubasco. La carretera desierta significaba hora y media hasta el Instituto. Poco después de la intersección con el camino principal, García vio un casco de motociclista abandonado a la orilla izquierda del camino. Una herramienta olvidada, demasiado remota en el tiempo y el espacio como para justificar el viaje para recuperarla.

Explanada solar

El perímetro de la plancha de concreto está delimitado por postes sosteniendo cadenas. La hierba crece en las grietas de la superfice de concreto. La puerta de lámina de acero de la cabina de observación ha perdido la pintura en los bordes. Todavía gotea el borde del techo de lámina corrugada. Hago una cuña con el ticket de papel y reajusto el mástil de la cámara de observación. Espero el momento de medio día solar para activar el mecanismo de cuerda de la cámara. La cámara comienza el registro anual del progreso hacia los monumentos terminales. Un giro de 360° en 5 minutos. La radio del vehículo emite un click y regresa a su inactividad. Un pájaro rojo se posa sobre la cadena perimetral. Dalila sigue siendo el nudo de un complejo de recuerdos, un conglomerado sensorial. La cámara señala con un sonido de campana el fin del ciclo de registro.

Patrón de tejido biológico

Los resultados impresos estaban en el escritorio. Marina estudiaba las nubes de datos manipulando instrumentos de acero y haciendo marcas en el papel. Cuando encontraba una relación entre datos introducía cifras a la terminal. Bruno terminó el medio con una gota de resina en el conector y lo volvió a colocar en el conmutador. El flujo de instrucciones retornó inmediatamente en el pequeño altavoz. Marina colocó ambos codos sobre el escritorio, entrelazó las manos y las llevó al nacimiento de su cuello. Ambos índices tocando el extremo esternal opuesto de cada clavícula. En la cornisa, Bruno terminó las actividades de reparación y volvió a entrar al edificio.

Diagrama de autoridad abstracta

El proyector lanzaba luz sobre la fachada del Instituto. Diagramas inconexos y letras sueltas formaban ritmos visuales recortados por las líneas estáticas en la arquitectura de concreto. Carmen N observaba el experimento cerca del enrejado. Dentro del edificio, García con un hombro recargado en el marco de una ventana, observa los chorros de agua de la fuente reflejando astillas de la luz del proyector. Una sombra fluida adhiriendo información a los rígidos diagramas de la proyección. Maltus, sentado en el borde de la fuente hunde su mano izquierda en el agua y acerca un tubo de vidrio a sus labios.

Un pixel en el mapa

Es de Noche. No hay luces en la calle. No voy a correr. Voy a caminar. De cualquier forma, nunca he visto a nadie en esta calle durante el día. La líneas de teléfono también duermen. No tiene sentido levantar el auricular. Los únicos que siguen despiertos al final de la línea son los cortesanos. Los signos de un fracaso profundo giran en espirales en el cielo. Dalila ya ha tomado una decisión.

Espejo eléctrico

El líquido naranja burbujea sobre la mesa del cuarto rentado. Morlette está arrodillada en la cama sobre las sábanas y las colchas. Las manos sobre los muslos. En su boca "... mi padre vive cerca de la Central". Sus manos lanzan algo y el reflejo levanta mi brazo desde el hombro para atraparlo. En mi mano se adhiere en espiral una tibia cinta de deseo. Las palabras "Dále mis saludos" salen de mi boca. A partir de este momento todo es automático.

Unidad de memoria vegetal

García bajó del auto y siguió la malla de aluminio que rodea la Bóveda. Alrededor, los árboles sembrados tres décadas atrás habían quebrado el concreto de la acera. Destinada a nunca ser reparada, las piezas faltantes de acera mostraban las raíces de los árboles y el sustrato mineral. A la entrada de la Bóveda, Regina con los brazos cruzados, esperaba. García corrió los últimos metros abriendo los brazos en un gesto de disculpa. Desde el techo del Instituto, Maltus los observó saludarse y entrar.